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Mi vecindario en la Ciudad [Gabriela García]

  • Foto del escritor: NinotchkaMR
    NinotchkaMR
  • 27 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 22 may 2020

Gabriela García [Guatemala]


Cerrito del Carmen Zona 1 - Guatemala


¿Es posible volver a ver a los niños corriendo y jugando en las calles? ¿Es posible volver a soñar con un vecindario donde nuestras calles son una extensión de nuestras casas? Seguras, limpias, ¿amplias?


Quiero ser parte de mi barrio. Quiero caminar y conversar con mis vecinos. Sacar unas sillas y ver pasar a la gente, habitantes y visitantes. Caminar con tranquilidad a la tienda, saludar al buen joven que nos atiende, y que me ve el tatuaje y me dice “ese tatuaje es maya, ¿verdad?”. En ese momento en mi vecindario vuelvo a reconocer que todos somos iguales, aunque la sociedad nos diga que no. Mi vecindario es donde vivo, donde paso momentos en familia, con amigos; algunos felices, otros no tanto. Es donde veo crecer a mi hija y a los hijos de los vecinos que logro, a veces, ver afuera. Tenemos jardines y parques comunitarios, y poco a poco se van viendo familias salir y compartir en ese espacio, pero todavía hay recelo de hacer conversación con “extraños”. No quiero que mi barrio sea de extraños. Quiero que sea un lugar donde caminas a cualquier hora, en paz y seguro.


Yo crecí en el campo, en la costa sur, y la libertad de vivir en una comunidad donde todos se conocen y comparten crea conciencia del bien común. ¿En qué momento perdimos esa parte de la convivencia en los barrios de la ciudad? Todavía lo podemos ver en algunos lugares, pero el nuevo normal es la colonia cerrada, las grandes paredes que encierran a las casas.

¿Es posible volver a ver a los niños corriendo y jugando en las calles? ¿Es posible volver a soñar con un vecindario donde nuestras calles son una extensión de nuestras casas? Seguras, limpias, ¿amplias? Yo creo que sí. Quiero pensar que la soledad que trae el encierro nos obligará a buscar nuevamente la compañía del que vive al lado de nosotros, de la señora que sale todas las mañanas a traer huevos y pan a la tienda. Si es que hay tienda… La tienda del barrio también se ha ido de muchos barrios, en el nombre del “orden “. Sin embargo, la tienda es uno de los pilares de un barrio. Es el lugar donde todavía convergen los vecinos y donde se podría retomar el saludar. ¿Tal vez la tienda debería ser una recomendación tener cada cierta cantidad de casas? Tal vez en lugar de los grandes supermercados podemos promover el super de la colonia y a donde podemos ir a pie.


Ir a pie. ¿Cuándo fue la última vez que dijimos: “ya vengo, voy a comprar pan, fruta, tamales, chucherías…” y salimos, caminamos un par de cuadras, compramos y volvimos? Poder hacer eso es un privilegio. Tener que subirme a un carro y manejar por 30 minutos para comprar algo no es un privilegio… es un status al que me metieron cuando me dijeron que vivir en ese condominio lejos, cerrado, era seguro.

Junto a la convivencia del barrio perdimos la conciencia del tiempo. Pasar dos horas dentro de un auto para ir a cualquier lugar, cada día, ¡no es saludable! Encerrados en casa, y encerrados en el carro. Todo ha ido sumando y ahora nos encontramos viviendo en un entorno urbano lleno de cosas, pero escaso de momentos que nos dejen recuerdos de buenas conversaciones, de buenas, o no tan buenas compañías. Vamos en automático. Volvemos en automático.


Para mí, cambiar el automático para sentir, para compartir, para volver a caminar por las calles de nuestra ciudad es el ideal de una ciudad para todos. Si cada uno de nosotros nos animamos a dar ese paso y experimentamos salir a dar una “vuelta”, si nos damos permiso de ser ciudadanos nuevamente, sé que será posible construir nuevamente espacios seguros para todos. Quiero ser parte de mi barrio y conocer a mis vecinos. Quiero ser parte de mi barrio y consumir en lo local. Por eso me sumo a HiperUrbana.

 
 
 

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