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Mujeres Expertas [Ninotchka Matute]

Ninotchka Matute [Guatemala]


En días recientes, me vi sometida a una serie de críticas públicas, una experiencia interesante por decirlo así, sobre todo porque todas ellas me hacían sentido, yo misma me identificaba con ellas, de hecho muchas veces he sido yo quien ha criticado con la misma convicción y enojo que las mujeres que me criticaban.


Fue en esta experiencia sui generis que me puse al día con algunos hashtags muy usados en las redes sociales, #NoSinMujeres #Manels (male panels en inglés), #PanelDeHombres #Manferences (conferencias de hombres), #MujeresExpertas.


"En términos de Ciudad, sucede exactamente lo mismo, las ciudades están pensadas sobre la base de una perspectiva masculina ..."

Sucede que una se siente defensora de la igualdad en todas sus expresiones y por supuesto defensora de las causas que buscan una sociedad más equilibrada en cuanto a las oportunidades que tienen las mujeres para destacar en los diferentes ámbitos de desarrollo, profesional, social, familiar, pero resulta que en la práctica uno peca de la normalización de su ausencia.


Incluso respecto del propio trabajo como mujer profesional, invisibilizándolo o dejándolo en segundo plano y lo que es peor, caes en la cuenta de que has promovido, gestionado, provocado espacios valiosos en los que no están incluidas las mujeres!

Uno se mueve en un mundo históricamente diseñado por y para los hombres, al punto de normalizar que en las reuniones ejecutivas, en los foros, en los paneles, en espacios de decisión haya siempre una mayoría de hombres y en muchos casos ninguna mujer.

En términos de Ciudad, sucede exactamente lo mismo, las ciudades están pensadas sobre la base de una perspectiva masculina, donde el usuario tiene un itinerario prácticamente de ida y vuelta.

Sale temprano de casa para ir a la oficina, ya por la tarde-noche se traslada de su oficina a su casa, con esporádicos desvíos, posiblemente a un encargo rápido o un trámite en el banco o una reunión después de la oficina, a lo sumo, una escala en el trayecto.



Plaza en Santiago de Chile (Foto: N. Matute)

En definitiva la ciudad pensada para desplazarse en un automóvil privado, en un trayecto de ida y vuelta, incluso con muchas alternativas de autoservicio, es la ciudad que tenemos. ¿No?


Una mujer en cambio hace uso de la ciudad de una forma muy diferente, con múltiples desplazamientos y diferentes paradas, el colegio de los niños, el mercado, el doctor, la lavandería, la farmacia, los encargos de todos en casa, por supuesto la oficina y las reuniones.

Además, las clases extracurriculares y la necesaria salida con los niños al parque, que idealmente debería existir cerca de casa, para poder ir a pie o en bicicleta, pero resulta que no hay plaza, que no hay aceras caminables y mucho menos ciclovías seguras.


Y aunque esta descripción corresponde a una clase media bastante privilegiada, la experiencia solo se agrava en los casos de mujeres con menos recursos, madres que trabajan y que deben responder a una rutina muy similar salvo que para hacerla dependen del transporte público de la ciudad, lo que nos hace pensar en una auténtica pesadilla urbana.

Además es importante hacer ver lo amenazante que resulta para una mujer salir a la ciudad y caminar por calles con banquetas destruidas o inexistentes en muchos casos, sin pasos ni semáforos peatonales a lo que hay que sumar los riesgos de la delincuencia o lo que es peor, a quedar a merced del acoso callejero que vulnera nuestra seguridad y que en muchos casos termina en agresiones graves a mujeres.


"La experiencia de padecer las ciudades nos ha transformado en mujeres expertas."

Desprotegidas en espacios públicos estrechos, oscuros y conformados por edificaciones que se cierran a la calle, con fachadas ciegas de altos muros y agresivos alambres punzantes, en ciudades que no han sido diseñadas para el encuentro o la convivencia.

La experiencia de padecer las ciudades nos ha transformado en mujeres expertas.

Expertas en sobrevivir al intento de cruzar una calle con el bebé a cuestas y su hermanita en la mano, expertas en diseñar el recorrido menos peligroso, expertas en detectar grupos de mujeres en el bus para sentirnos menos amenazadas, expertas en responder que no, que no estamos solas cuando caminamos dos mujeres en la calle, expertas en eludir el acoso de las miradas y más de algún mal entendido piropo.


¡Expertas en sobrevivencia urbana!


No tengo duda, las ciudades serían espacios más seguros, más amables y más bellos si en su concepción tuviéramos más mujeres planeando y diseñando los lugares que día a día no encontramos en nuestras ciudades actuales.


Por mi parte debo decir que he aprendido la lección y nunca más promoveré espacios de encuentro, reflexión y análisis sin la presencia de #MujeresExpertas que tanta falta le hacen a este mundo que justamente en estos días, vive momentos de reinvención donde las mujeres tenemos mucho que decir y aportar.




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