Rafael L. Valladares Rodas y Ana C. Julín Baldizón
26 de septiembre de 2020
Introducción
Cuando visitamos una ciudad ¿Qué es lo que vemos primero y qué esperamos encontrar? Algunos dirán que sus plazas, parques, museos, y demás atracciones. Pero en realidad lo que vemos y apreciamos más allá de sus edificios, plazas y calles, es la calidad de sus espacios públicos. Cuando visitamos una ciudad sin importar su escala, nos llevamos en la mente una impresión duradera que puede ser buena o mala, dependiendo de muchos factores. Y si esa impresión depende en buena medida del aspecto de la ciudad, de sus espacios públicos, ¿Por qué razón entonces no darles valor a dichos espacios?
¿Pero qué es precisamente un espacio público y qué no lo es? De acuerdo a la enciclopedia jurídica, en materia de Derecho Civil, la propiedad es el “Derecho real que consiste en el grado máximo de poder sobre una cosa de la que se es titular, y el Código Civil lo define como “derecho de gozar y disponer de una cosa sin más limitaciones que las establecidas por las leyes”(1).
Expertos en la materia legal también nos indican que tanto la Constitución de la República de Honduras en sus artículos 103 al 107 habla particularmente del derecho a la propiedad, y la Ley de municipalidades, hace referencia a los bienes de uso público, o espacios públicos (G. León Gómez, comunicación personal, 14 de septiembre de 2020).
La ley de municipalidades en su artículo 71 indica lo siguiente:
Las municipalidades velarán porque de sus inmuebles se reserven suficientes áreas para dotación social, para interconexiones de calles, avenidas, bulevares, aceras, aparcamientos, para zonas de oxigenación, recreo y deportes (2).
La importancia y el valor del espacio público en la ciudad intermedia
Es evidente la importancia que tiene tanto la propiedad privada como los bienes de uso público, tanto así, que la Constitución de un país, o una ley de municipalidades, reconocen su valor y necesidad. No obstante, hoy en día parece que el espacio público ha perdido su valor e importancia como un espacio de encuentro para las personas, en donde no se aprecia realmente su función como un elemento articulador para la ciudad e integrador de la sociedad.
Cuando hablamos de espacios públicos casi siempre tendemos a pensarlos más en función de edificios públicos como museos, o pensamos en plazas, parques, jardines, que han servido históricamente como punto de encuentro para las personas, olvidando que las calles y las veredas son el espacio público más amplio y quizás el menos valorado con el que cuentan las ciudades.
En el caso de las ciudades intermedias en Honduras, con poblaciones que van desde los 50,000 hasta los 500,000 habitantes, y que actualmente experimentan un crecimiento urbano acelerado en comparación a otras ciudades, es evidente como poco a poco el espacio público ha perdido su valor y función real, ya sea porque las autoridades de la ciudad no comprenden o desconocen su importancia para la vida cotidiana, o porque sencillamente, como en el caso de las calles, se le ha entregado dicho espacio a los automóviles y a otros vehículos automotores en lugar de a las personas.
(1) Enciclopedia Jurídica (2020). http://www.enciclopediajuridica.com/d/propiedad/propiedad.htm
(2) AMHON (2015). Ley de Municipalidades y su Reglamento.
Las ciudades intermedias en Honduras enfrentan muchos desafíos en la actualidad, y no nos referimos únicamente a la necesidad de mayor y mejor infraestructura urbana para responder a las necesidades de una población en crecimiento; sino al enorme desafío de brindar calidad de vida a sus habitantes. La nueva agenda urbana y los objetivos de desarrollo sostenible promovidos por las Naciones Unidas, no han sido debidamente difundidos en Honduras, y se evidencia un desconocimiento de temas como el desarrollo sostenible, como fue evidenciado durante un estudio realizado en 2017 por el equipo de investigación en Movilidad y Desarrollo Urbano Sostenible (MODUS) de la UNAH (3); y es que precisamente el objetivo número 11, Ciudades y comunidades sostenibles, es el que hace mayor énfasis al desarrollo sostenible de las ciudades, invitando a reducir el impacto ambiental negativo de estas, y promoviendo la inclusión social por medio del acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, con especial atención para las mujeres y los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad avanzada (4).
Tomando en consideración lo antes expuesto, vale la pena entonces preguntarse, ¿qué papel juegan los espacios públicos en la calidad de vida de las personas?
(3) MODUS-UNAH (2017). Estado del arte de la movilidad y desarrollo urbano sostenible en Honduras.
La salud mental y su relación con el espacio público
¿Qué será lo primero que viene a la mente de las personas cuando escuchan la palabra salud? En la gran mayoría de los casos, cuando se escucha o se habla de salud las personas inmediatamente responden estar bien físicamente, no padecer ningún tipo de dolencia o afección física.
Normalmente se asocia la buena salud con un buen estado físico y el no padecer ninguna enfermedad. ¿Pero realmente qué será la salud o cómo podemos definirla? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades (5)” .
Como podemos apreciar la salud o la buena salud va más allá de un buen físico o el no padecer ningún tipo de enfermedad. Como ya lo menciona la OMS en su definición, la salud está conformada por tres aspectos fundamentales en la vida de cada ser humano. Se podría decir que estos tres aspectos; físico, mental y social forman un perfecto triángulo equilátero en el cual cada una de sus partes tiene igual valor o importancia. El mantener un equilibrio en cada una de sus partes trae como resultado una buena salud.
¿Qué pasaría si un lado de este triángulo se viera afectado? Veremos que algunas de las otras partes del triángulo tarde o temprano también se verán afectadas. Pero el mayor impacto se ve cuando el lado mental es el afectado.
Desafortunadamente cualquier cosa que venga a afectar el lado de la salud mental afectará de igual forma uno de los otros lados del triángulo y eventualmente todo el triángulo se verá afectado. Esto puede suceder al no saber cómo gestionar nuestras emociones, especialmente el estrés o la ansiedad; altos niveles de cortisol en nuestro torrente sanguíneo llega a otros órganos causando daños en ellos. A nivel social, el no poder gestionar la emociones de forma adaptativa nos trae como consecuencia conflictos con los pares. Estos conflictos pueden ser ocasionados por el mal humor, no responder de forma asertiva; teniendo un comportamiento pasivo o agresivo hacia las demás personas. Nuestras respuestas no asertivas a los demás son las que deterioran y dañan nuestras relaciones sociales.
Ahora bien, se preguntarán ¿qué relación habrá entre la salud mental y espacios públicos? Antes de contestar a esta interrogante creemos conveniente poder definir el concepto de salud mental. Según la OMS “la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad (6)” .
Dicho esto, y para contestar a la interrogante, la respuesta sería, que tiene todo ver. Ambos elementos mantienen una estrecha relación y se benefician o afectan mutuamente. Para poder comprender un poco más esta relación de salud mental y espacio público, tendríamos que hablar también sobre sociedad, el entorno y la formación de nuestra personalidad. Personalidad la definiremos como todas aquellas causas internas que van implícitas al comportamiento individual y a la experiencia de las personas (7). Algunos teóricos explican que la personalidad se forma por una parte de la influencia genética que es heredada por los padres, es aquí donde hablamos de todo aquello interno y por otra parte del ambiente en donde el individuo se desarrolla, llámese cultura, sociedad, grupo nuclear, entorno o espacio físico, a esto nos referimos con la experiencia, toda aquella influencia externa con lo que la persona tiene una interacción.
Es en este punto donde vamos a encontrar la estrecha relación entre el espacio público y la salud mental. Imaginemos a un menor de edad, criándose en una ciudad superpoblada, donde el caos vial está a la orden del día; tráfico congestionado, las bocinas sonando, personas gritando, insultando, dificultad para poder cruzar la calle, vivir en un barrio pobre marginal, quizás en hacinamiento, donde no se tenga privacidad porque se puede escuchar lo que pasa con el vecino, música con alto volumen casi todo el día, sus parques y calles contaminadas, no tener un espacio donde poder recrearse sanamente.
(5) Preámbulo de la Constitución de la Asamblea Mundial de la Salud (19-22 de junio de 1946, Nueva York). Adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional.
(6) Organización Mundial de la Salud. (2001, Ginebra) Informe sobre la salud en el mundo 2001. Salud mental: Nuevos conocimientos, nuevas esperanzas.
Quizás estas calles o parques con poca o nula iluminación por la noche, hacen que el transitar por ellos genere temor, y si a todo lo anterior le sumamos que este niño tenga alguna discapacidad y sea difícil el poder movilizarse. ¿Pueden imaginar lo estresante y caótico que esto sería? Todas estas situaciones que están en el entorno de este niño generan miedos, tensiones, estrés y de no gestionar de una manera oportuna traerá consigo altos niveles de ansiedad, que como mencionamos anteriormente pueden repercutir tanto en nuestro organismo como en nuestras relaciones sociales. Si prestamos atención, se puede observar cómo se genera una influencia entre ellas tres en forma circular. Todo aquello que está en el ambiente, en este caso la parte social, al generarse “x” situación, tiene un impacto en la salud mental que puede ser negativo o positivo. Y la forma en cómo impacte a la salud mental a su vez traerá consigo un impacto de igual forma a nivel físico y este a su vez impactará a la parte social.
Un buen ejemplo de esto lo tenemos en el psicólogo humanista Abraham Maslow quien criticó las teorías basadas en la experiencia clínica con pacientes neuróticos los cuales por dicho cuadro clínico no habían alcanzado su máximo potencial como personas. Maslow decía que la salud es más que la simple ausencia de enfermedad o trastorno. Si recordamos, es justo el concepto que nos proporciona la OMS sobre salud. Maslow con esto quería dar a entender que no servía de mucho centrarse en la enfermedad como tal, sino que había que estudiar cuales eran las causas externas que suscitaban llegar a padecerla. Por ello al momento de presentarnos su teoría de la jerarquía de necesidades en primer lugar encontramos las necesidades fisiológicas seguidas de las necesidades de seguridad.
En las necesidades fisiológicas Maslow nos presenta agua, comida, sueño y sexo. Si una persona no tiene cubierta estos cuatro aspectos ¿cómo pedirle que sea una persona emocionalmente funcional, productiva y que aporte a su comunidad? Si una persona tiene cubiertos estos aspectos del área fisiológica podrá escalar a las necesidades de seguridad, en este nivel se busca garantizar una situación segura.
“En su mayor parte, las necesidades de seguridad de los adultos se satisfacen en una sociedad ordenada, y son amenazadas por guerras, enfermedades, catástrofes naturales, las olas delictivas y la desorganización social(8)”.
En la desorganización social se incluye la estructura física, en donde se desenvuelven sus miembros.
(7) Persons Educación, (México, 2003). Cloninger, Susan C. Teorías de la personalidad, tercera edición.
(8) Lowry, R.J(1973). Dominance, self-esteem, self-actualization: Germinal papers of A.H.Maslow. Monterey, CA: Brooks/Cole.
Algunos estudios de caso en Honduras: Comayagua, Danlí y Tela
La pandemia de la COVID-19 no solamente ha afectado la salud física de las personas, sino que ha puesto en evidencia otro tipo de problemas a nivel urbano, como la existencia de la vivienda precaria y la falta de espacios públicos de calidad, por ejemplo. Todo ello, en detrimento de nuestra calidad de vida.
Comayagua
Comayagua con poco más de 86,000 habitantes de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y localizada en la región central de Honduras, presenta una serie de problemas comunes a otras ciudades del país, uno de esos problemas es la alta dependencia del automóvil. En la actualidad cerca del 50% de los viajes se hacen en auto, generando no solo congestionamiento sino también contaminación y ruido, lo cual eleva los niveles de estrés de las personas. Estudios realizados recientemente por Ciudad Emergente (Chile) revelaron que más del 66% de la población estaría dispuesta a caminar más si se contara con buenas aceras, y un 90% manifestó estar dispuesto a usar más la bicicleta si existieran ciclovías para moverse de manera segura (10).
A pesar de todas estas dificultades, las autoridades de la ciudad han trabajado desde 1998 en cambios que mejoren sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes, y con el apoyo de instituciones nacionales y de cooperación internacional, como la Agencia Española de Cooperación (AECID) han llevado a cabo planes y programas como el Plan Maestro del Centro Histórico con la finalidad de restaurar y mejorar estos espacios de la ciudad. En la actualidad, la Junta de Andalucía (AACID), con la colaboración de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y Ciudad Emergente, han comenzado a repensar la movilidad y los espacios públicos de la ciudad a través de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS).
Cabe destacar que el principal objetivo del plan es el de “Promover un modelo de movilidad segura y sostenible, con un enfoque integral que ponga en valor al peatón y fomente los modos de transporte no motorizados, así como un transporte público de calidad, ayudando a construir una ciudad más humana, ordenada, segura, caminable y atractiva”.
Danlí
Situada al Este de Honduras, y con poco más de 85,000 habitantes (INE, 2018), es otra ciudad de escala intermedia que al igual que Comayagua presenta una serie de problemas asociados a la movilidad y espacios públicos, sobre todo al interior de su centro histórico, cuya imagen ha ido en deterioro pese a su potencial turístico, debido en parte a una falta de planificación estratégica por parte de las autoridades locales que permita regular el uso del espacio público, como el estacionamiento libre en las calles y mejorar la accesibilidad a personas con discapacidad a espacios públicos en general.
En 2018 la fundación Ciudad Emergente con el apoyo del Comité Danlidense de Desarrollo (CODANDE), llevó a cabo un proyecto piloto denominado “Calles Compartidas”, con el objetivo no solo de recuperar espacios públicos para las personas en el centro histórico de dicha ciudad, sino de promover y contagiar un cambio de hábitos positivo en las personas para combatir el cambio climático, promoviendo el uso de modos de transporte no contaminantes y el encuentro cara a cara entre los ciudadanos para generar espacios de discusión con las autoridades para así ayudar a construir las ciudades de manera colectiva. Fue necesario medir el impacto de las propuestas que a nivel urbano se realizaron para mejorar los espacios de habitabilidad y la convivencia social. Diversos resultados y respuestas de los ciudadanos fueron obtenidos por medio de estudios de vida pública, encuestas y árboles de ideas; un 63% de la población visitaba a diario el centro de la ciudad, y un 45% lo hacía a pié, por lo que estaba claro que recuperar y mejorar la infraestructura peatonal para hacerla más segura y accesible para todos debía ser una prioridad. Tras el experimento un 74% de la población apoyaba la idea de mantener la calle como un espacio para las personas.
(9) Instituto Nacional de Estadística. (2018). Comayagua, Comayagua, Información general 2018.
(10) Ciudad Emergente. (2020). Plan de Movilidad Urbana Sostenible PMUS, Ciudad de Comayagua, Área Central.
Tela
Al norte de Honduras y frente a las costas del mar Caribe se localiza la ciudad de Tela, muy conocida a nivel nacional por sus hermosas playas; actualmente ronda los 53,000 habitantes (INE, 2018). Esta ciudad posee la particularidad y la ventaja de contar con varios kilómetros de playa como espacio público relativamente accesible para sus habitantes, así como de un extenso jardín botánico localizado a unos 7 km de la ciudad, llamado Jardín Botánico Lancetilla, quizás el más grande de América Latina con más de 1,680 hectáreas de terreno, creado como un centro de investigación en 1926 (12). Pero a pesar de todo esto, la ciudad ha avanzado muy poco en cuanto a la recuperación de sus espacios públicos urbanos, y al igual que en muchas otras ciudades del país, la imagen de la ciudad y de sus espacios públicos se encuentran en franco deterioro.
(11) Calles Compartidas (2018) http://callescompartidas.org/
(12) Fuente consultada: Jardín Botánico Lancetilla y Centro de Investigación http://jblancetilla.org/index%20esp.htm
Conclusiones
La personalidad es un conjunto dinámico de características de un individuo, adquiridas por herencia genética de los padres y por la experiencia del ambiente; el cual le llevarán a comportarse y relacionarse con sus pares y con el mismo ambiente. Dentro de la experiencia que proporciona el ambiente encontraremos la forma en cómo está estructurado el mismo, esto, a lo largo de la vida de las personas tiene un impacto que puede repercutir de forma positiva o negativa en la construcción de la personalidad del individuo.
Así como la experiencia del ambiente tiene su influencia en la construcción de la personalidad del individuo, de igual manera tiene su influencia en la prevención, en el mantenimiento de la buena salud. Por otra parte, también puede ser considerado factor precipitante, de un mal o buen pronóstico en el diagnóstico de una patología.
En la actualidad los trastornos mentales que incluyen desórdenes emocionales y de la conducta han llegado a convertirse en un problema de salud pública. Hoy en día se ha podido observar cómo estos trastornos afectan tanto a niños como adultos, hombres y mujeres sin distinción de clases sociales en Honduras y resto de Latinoamérica. La OMS estima que alrededor de 450 millones de personas padecen en la actualidad trastornos emocionales y del comportamiento, y las consecuencias por la pandemia de la COVID-19 solamente ha venido a exacerbar estos problemas.
Finalmente, podemos concluir que los problemas de índole urbana afectan también a las personas como se explica en los puntos anteriores, por lo que la recuperación de los espacios públicos debería ser una prioridad para los tomadores de decisiones, ya que es necesario brindar espacios de esparcimiento a los ciudadanos, quienes tienen el derecho cívico-social de vivir en las ciudades. Los buenos espacios públicos no solo ayudan a promover el turismo o la economía local, facilitan también el encuentro entre las personas, contribuyendo en buena medida a la buena salud física y mental de los ciudadanos.
Referencias Bibliográficas
Asociación de Municipios de Honduras (AMHON). (2015). Ley de Municipalidades y su Reglamento.
Calles Compartidas (2018) http://callescompartidas.org/
Ciudad Emergente. (2020). Plan de Movilidad Urbana Sostenible PMUS, Ciudad de Comayagua, Área Central.
Enciclopedia Jurídica. (2020). http://www.enciclopedia-juridica.com/d/propiedad/propiedad.htm
Instituto Nacional de Estadística. (2018). https://www.ine.gob.hn/V3/
Jardín Botánico Lancetilla y Centro de Investigación http://jblancetilla.org/index%20esp.htm
Lowry, R.J. (1973). Dominance, self-esteem, self-actualization: Germinal papers of A.H.Maslow. Monterey, CA: Brooks/Cole.
MODUS-UNAH (2017). Estado del arte de la movilidad y desarrollo urbano sostenible en Honduras.
ONU. (2015). https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Organización Mundial de la Salud. (2001). Informe sobre la salud en el mundo 2001. Salud mental: Nuevos conocimientos, nuevas esperanzas. Ginebra.
Persons Educación, (México, 2003). Cloninger, Susan C. Teorías de la personalidad, tercera edición.
Preámbulo de la Constitución de la Asamblea Mundial de la Salud (19-22 de junio de 1946). Adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, Nueva York.
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